domingo, 24 de junio de 2012

AZKENA ROCK FESTIVAL / CAPÍTULO 2 / VIERNES 15 DE JUNIO

Llegada a la Plaza de la Virgen Blanca para ver a Charles Bradley bajo un sol de justicia e ir calentando los motores del la segunda jornada. Poco vimos al soulman enzarzados en conversaciones y saludos con amigos de toda España que no faltan invariablemente a la cita azkenera cada año. La acostumbrada ronda de bebercio y tapeo antes de zamparnos unas sartenes de huevos rotos en la Clásica y a echar una siestecita antes de subir al recinto. Pontus Snibb 3 fueron los primeros que vimos. El trabajador Pontus (cantante y guitarrista en su banda Bonafide, batería con Stacie Collins Band o Jason & The Scorchers en sus visitas europeas y otra multitud de proyectos) presentaba, junto a la base rítmica de Backdraft, un nuevo disco. Rock con mucho blues y espíritu setentas tocado con ambición, paseo entre el público soleando incluido, y potencia. He leído por ahí que tocaron una versión de ZZ Top. Nada de eso, lo que comentó Pontus es que la canción que iban a tocar era “al estilo ZZ Top”. Gustaron. Rich Robinson fue autor, con The Black Crowes, de uno de los mejores conciertos de la historia del festival pero, en esta ocasión, su paso fue más que discreto. Su nuevo disco es muy relajado e intimista y su puesta en escena encaja mejor con pequeñas salas donde el público tenga muy claro lo que va a presenciar que en recintos abiertos. Tocaron de puta madre, el nivel instrumental es estratosférico, pero no conectaron en ningún momento y el concierto fue un quiero y no puedo que nunca terminó de arrancar. Las versiones, Neil Young, Velvet Underground, Fleetwood Mac, dieron algo de color a una paleta marcada por el escaso carisma del guitarrista y la flojera del pase. Black Label Society salieron a matar, con Zack tocado por un penacho de jefe sioux, ante una carpa abarrotada. Su presencia, y la de su banda, impresiona (y la de todo su crew, verlos en la zona del backstage acojonaba) pero acaba sonando todo demasiado lineal y si, encima, te marcas un solo de diez minutos pues solo acabas contentando a los más fieles. The Amazing tocaron muy poco rato, no llegó a cuarenta minutos, y dejaron largos pasajes instrumentales, bonitas melodías y rastro de banda interesante. Los australianos The Screaming Tribesmen fueron un chorro de aire fresco a base de power pop de guitarras y estribillos. Se les veía contentos y con una gran predisposición. Ozzy y sus (dos) amigos eran la incógnita de siempre. Y mejoró, en mi opinión, su presencia del pasado año. Mientras le aguantaron las fuerzas, casi hasta el final, disfrutó, se mojó y remojó junto al público con su manguera y sus cubos de agua, cantó un pequeño grandes éxitos propios antes del pasaje instrumental para dar paso a Geezer Butler y lanzarse al repertorio Sabbath donde aparece Zack Wylde como segundo invitado. Cierre con Crazy Train y un Paranoid (con todos sobre el escenario) al que llega ya justísimo de voz. Destacar el excelente montaje escénico que le acompañaba. The Mars Volta son otro eterno interrogante. Su música está completamente libre de límites y hacen lo que les sale de los cojones. Sin importarles ni lo más mínimo si los que pagan por verlos van a conectar o no. A mí directamente me echaron para el hotel casi a patadas. Otros hablan maravillas de su bolo e incluso sus seguidores andan despistados. Nn amigo mío muy fan de ellos me comentó que había sido una mierda de concierto. En fin…..Para gustos colores……Pronto la jornada del sábado con unos protagonistas absolutos... LYNYRD SKYNYRD.

4 comentarios:

Jorge García dijo...

En mi opinión Pontus Snibb 3 y Screaming Tribesmen fueron lo mejor de la tarde, por la mañana me gusto mucho Charles Bradley, entre el bebercio y tapeo, como bien dices, por la Virgen Blanca.
Saludos.

ROCKLAND dijo...

Yo la verdad es que no sé lo que ven en una banda como The Mars Volta. Soy incapaz de escuchar un tema suyo del tirón y ya ni te cuento ver un bolo. No aguantaría ni cinco minutos. En fín, como tú bien dices, para gustos los colores.
Del resto, me alegro que Ozzy haya dado un mejor concierto que el año pasado y Rich es mejor verlo en un sala. El tío es muy soso y frío para un festival.

Saludos.

Red River dijo...

Uno de los momentos más deseados ne este Azkena era también uno de los más íntimos, ante el desconocimiento de la mayoría de la gente.
Y es que encontrarse de nuevo con The Screaming Tribesmen,y verles en buena forma, fue una gozada.

Como bien dices, fue eso, un chorro de aire fresco viniendo de unos veteranos.

Mr. Thunderstruck dijo...

Yeah!! Genial que Ozzy estuviera mejor que el año pasado y con Geezer y Zach el show ganarñia seguro bastantes enteros. Mars Volta no son carne de festival, y menos a horas intempestivas,al igual que sucede con Rich. Muy buena crónica ;-) Saludos!!!